jueves, 6 de septiembre de 2007

Primero muerta antes que sencilla!


En mi ultimo viaje a los yunaites comprobé que esta frase, huecada de ligas mayores, era tan cierta como el cielo gris de cada día (diría pan, pero estoy a dieta).

En Houston existe una comunidad peruana no muy amplia pero si privilegiada, en donde Juanito Los Palotes y Jaimita Las Patitas son la gentita que cuenta y como tal deben ser vestidos.

Juanito y Jaimita eran seres humanos como todos nosotros, vivían en Lima y en provincia respectivamente, y no sobresalían ni para bien ni para mal del resto de la gente. Un día los papas de Juanito decidieron mandarlo al extranjero a estudiar y Jaimita tuvo la gran suerte de ganarse la residencia sorteada. Ambos eran jóvenes y por cosas del destino llegaron a Houston y se conocieron un viernes por la noche en Venue, una discoteca ubicada en DownTown, donde los viernes son para latinos. Jaimita estaba con un grupo de chicas que había conocido en una clase para ser maestra y Juanito se encontraba con un pata de su niñez que había terminado a parar o mejor dicho a varar en la misma ciudad. Así, se presentaron contándose sus vidas y sus experiencias con el floro natural de todo peruano de clase media donde la exageración y la verdad distorsionada son tan típicos como las mentiritas blancas. Se encontraron y conocieron en una ciudad en donde nadie o pocos conocían su pasado logrando así, cual alquimista, convertir una falsa verdad en su historia pasada.

Al inicio, Juanito y Jaimita sabían que habían exagerado un poco las cosas, que quizá las súper juergas a las que solían asistir como VIPs invitados por el dueño en Perú, no era una información del todo exacta, ya que entrar gratis porque te metiste por un costadito mientras que el guardia de la puerta estaba volteado, no era una invitación formal como quisieron hacer creer. Pero como ya habían metido la patota desde un inicio, ahora era cuestión de acordarse de todo lo relatado y hacer creer al otro que todo era 100% verdad. Para esto los peruanos somos lo máximo...nos compramos un súper carro (de 2da o 3era mano), ropa de marca (en Ross) y LA cartera y LOS lentes (más falsos que nuestro color de pelo). Pero poco a poco nos creemos la mentira, poco a poco nos olvidamos de la realidad y juramos que lo dicho es tan cierto como lo que nos contó el otro.

Para cuando yo llegue a Houston los Juanitos y Jaimitas de Perú se habían convertido en amigos, enemigos y conocidos hipócritas que se encontraban en las fiestas, discotecas y las distintas celebraciones patrióticas que se disfrutan cual si no existiera un mañana. Todos manejando BMW, Mercedes, Lexus, con carteras LV o Coach, los lentes DG, LV y como para salir a pasear chacra, los zapatitos guess o nine west.

Mi hermana, una Jaimita reciente, que se mantiene en tierra porque vive con mis tíos, me había advertido de la situación, y me contó a grandes rasgos como es que en esta se sobrevive:
Las Jaimitas, mas biatchssss que las peruanas promedio, saben como parecer gente, status que no se consigue tan fácilmente. Según mi hermana y como pude comprobar los meses que estuve en ese ambiente, ser sencillas, no es una opción, así de simple. No vale ser la buenita de la novela, que no se pinta, no se arregla mucho y que sale con la cara lavada, salir sin maquillaje es como no estar, el rostro te lo da la pintura, no el jabón. El pelo siempre perfecto, el viento puede solo soplar para dar una sensación de modelaje, no para despeinar, la manicure y pedicure al día, el color de pelo siempre desde la raíz, los zapatitos si no son caros por lo menos deben parecer, no interesa si sacan ampollas, es pagar poco precio por la buena impresión que da tu pie izquierdo o derecho (depende donde te sientes) cuando bajas del carro. La ropa si no es de marca, por lo menos escotada y al cuerpo, puedes tener tus rollitos, pero siempre controlados con una fajita. Al llegar al local debes tener una rutina planeada, no puedes estar dando vueltas con cara de perdida, buscando a tus amigas, ya que eso significaría que tienes pocas. La más fácil del recordar es: Ir directamente a la barra, pedir un trago, de preferencia corto, mandar un mensajito de texto a alguna de tus amigas, rogando por no ser la 1era en llegar, si es así, te debes sentar en una mesa, cuyos alrededores estén llenos, para que la gente no sepa si es que estas sola o con alguna de las personas de tu costado, prendes tu cigarro y si no fumas llamas por teléfono aunque sea a que te den la hora exacta una grabadora de un 1 800. Así es, todo tiene que estar fríamente calculado. Los Juanitos también tienen su rutina, pero es solo conocida por ellos.

Por supuesto como persona pensante que soy, al inicio decidí no participar del asunto, no tenia la intención de ser una mas de las huecas en las que se han convertido nuestras compatriotas. Sin embargo, conforme pasó el tiempo, me di cuenta que esto no podría ser posible, me iba a quedar 4 meses por allá y no tener el titulo de gente no era una opción. No es algo de lo que, ahora de vuelta, este orgullosa, pero no te dan otra alternativa. Los Juanitos y Jaimitas del Perú no te dan opción múltiple, por lo que solo me quedo decir: “PRIMERO MUERTA ANTES QUE SENCILLA!!!!”

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