
Nuevamente, después de tiempo, me encuentro solterita y en búsqueda.
Así es, en estas últimas semanas, he estado asistiendo a citas ciegas a las cuales uno debe irse preparado para cualquier cosa.
Como todo en esta vida, uno tiene su rutina, su manera de hacer las cosas. Generalmente te contacta un nexo entre tú y tu cita, marcando el lugar y la hora en que deben encontrarse. Con días de anticipación empiezas a prepararte, qué decir, qué no decir, qué ponerte, cómo peinarte, etc....pero sin importar que, siempre limpiecita (con lavadita de cabello a pesar del frío), con la mejor ropa, los zapatitos que combinen y las joyas y cartera más fashion-caleta que hayas podido encontrar.
Toda la familia y amigos se enteran de lo planeado y te desean la suerte del mundo. Todos te aconsejan y guían, cada uno con sus truquitos, pero recuerda que a la larga, la que está en la cita eres tú y te tienes que ver natural, segura de ti misma.
Ni bien llegas al lugar, el interrogatorio empieza, hablas de tu familia, de tus estudios, de tus chambas, lo bueno y malo de ti, pero sin hacerle notar que estás totalmente desesperada, para que así, haya una segunda cita. Él por su parte te cuenta lo que hace, sus anhelos y creencias, qué es lo que esperaría de ti en un futuro y lo hace con la tranquilidad de quien actúa un rol que ha realizado por años.
Ambos saben que él tiene el control total de la situación, así que no te queda de otra que hacerle notar, que así como él, tienes a muchos otros pretendientes, por lo que no te afectaría que te choteara, aunque lo prefieres a él que al resto.
Terminada la cita, llegas a tu casa a contar lo relatado, qué te dijo, qué no te dijo, qué le dijiste, etc. Todos, para variar, tienen su opinión, siempre con las buenas intenciones que los caracterizan...pero tú solo puedes pensar si te volverá a llamar después que soltaste una pachotada, quizás imperceptible, en el momento menos apropiado.
Obviamente, en estas semanas, donde mis citas han sido numerosas, no han llegado a nada concreto...sigo en busca de chamba!!!!
Así es, en estas últimas semanas, he estado asistiendo a citas ciegas a las cuales uno debe irse preparado para cualquier cosa.
Como todo en esta vida, uno tiene su rutina, su manera de hacer las cosas. Generalmente te contacta un nexo entre tú y tu cita, marcando el lugar y la hora en que deben encontrarse. Con días de anticipación empiezas a prepararte, qué decir, qué no decir, qué ponerte, cómo peinarte, etc....pero sin importar que, siempre limpiecita (con lavadita de cabello a pesar del frío), con la mejor ropa, los zapatitos que combinen y las joyas y cartera más fashion-caleta que hayas podido encontrar.
Toda la familia y amigos se enteran de lo planeado y te desean la suerte del mundo. Todos te aconsejan y guían, cada uno con sus truquitos, pero recuerda que a la larga, la que está en la cita eres tú y te tienes que ver natural, segura de ti misma.
Ni bien llegas al lugar, el interrogatorio empieza, hablas de tu familia, de tus estudios, de tus chambas, lo bueno y malo de ti, pero sin hacerle notar que estás totalmente desesperada, para que así, haya una segunda cita. Él por su parte te cuenta lo que hace, sus anhelos y creencias, qué es lo que esperaría de ti en un futuro y lo hace con la tranquilidad de quien actúa un rol que ha realizado por años.
Ambos saben que él tiene el control total de la situación, así que no te queda de otra que hacerle notar, que así como él, tienes a muchos otros pretendientes, por lo que no te afectaría que te choteara, aunque lo prefieres a él que al resto.
Terminada la cita, llegas a tu casa a contar lo relatado, qué te dijo, qué no te dijo, qué le dijiste, etc. Todos, para variar, tienen su opinión, siempre con las buenas intenciones que los caracterizan...pero tú solo puedes pensar si te volverá a llamar después que soltaste una pachotada, quizás imperceptible, en el momento menos apropiado.
Obviamente, en estas semanas, donde mis citas han sido numerosas, no han llegado a nada concreto...sigo en busca de chamba!!!!
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